LITERARIAS
LA VIDA DE UN PRESO
La vida de un preso es esperar su libertad, es levantarse a la mañana
y solo esperar, esperar que corran las horas para que pase un día
más y que sea un día menos. Para encontrar su libertad un preso espera
el día para que su condena no esté más y poder salir de su celda y
que el guardia le diga "junta tus cosas que tenés tu libertad".
Carlos Germán.
Instituto Manuel Belgrano de menores.
TEMORES
Hoy!... vuelvo del olvido
Otoño gris al que me abrazo
Impreciso, intangible
La realidad escapándose de entre los dedos
me devorará en esa luz...
incandescente, irremediablemente.
Será el temor?
al prohibido encuentro con la nada,
al abismo que paciente espera?...
y en ese punto
se asombra y me sorprende
en sublime perfección.
El oráculo predestina ese destino
En dimensiones desconocidas, agraviantes
Y la simiente cansada de surcos y caminos
forma melancólicos enjambres...
de lágrimas
y son sinfonías disonantes, inconclusas.
Convierten la ira en locura
Y somete al tiempo, que se agota.
La vida se escapa.
Mis manos ya! No logran atraparla
Y el hoy... es el olvido del mañana.
Será monótono el ocaso incandescente?
Donde perece el fuego sagrado...
de la vida?
José Luis.
PALABRAS DEL ALMA
¿Por qué llorar? Me han herido.
¿Quién? El destino
¿Qué te dijo? Mentiras
¿Cómo se llama? Engaño.
¿Dónde vive? En el dolor.
¿Y vos dónde estás? Lejos de los que amo.
¿Cuánto amor tienen? Toda mi vida.
¿Por qué están distanciados? Por las trampas de la vida.
¿Qué piensas hacer? Seguir llorando.
¿Hasta cuándo? Hasta que deje de respirar.
¿Los seguís queriendo? Más que a mi corazón.
¿Ellos también te quieren? Sí, de eso estoy seguro.
¿Qué harás? Dibujaré.
No te entiendo. Ya nadie lo hace.
¿Adónde vas? A la nada.
¿Dónde queda? En otro mundo.
¿Estas durmiendo? Sí, y no puedo despertar.
¿Hay gente? Mucha.
¿Dejaste de llorar? Por el momento.
¿Dejaste de sufrir? No puedo.
¿Es acaso que dejaste de respirar? No, y gracias a una ilusión. ¿Cuál
es tu ilusión? Recuperar mi libertad.
¿Quieres volver a empezar? Sí, y lo haría si la sociedad me lo permite...
Gustavo.
Unidad 32. Florencio Varela.
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